La muerte del ex presidente, Fernando De la Rúa, motivó sentidas palabras de las principales autoridades en los actos por el 9 de Julio. En la Casa Histórica, durante la conmemoración a los próceres de 1816, el jefe de Estado, Mauricio Macri, y el gobernador, Juan Manzur, expresaron su pesar por el deceso del referente de la Unión Cívica Radical (UCR).
Manzur, que expresó el discurso inicial en la ceremonia, expresó su “profundo dolor, en nombre del Gobierno provincial y del pueblo tucumano”, por el deceso del abogado, producido ayer, a sus 81 años, como consecuencia de un delicado cuadro de salud que atravesaba desde inicios de 2019. “(Fue) un hombre de la democracia, que llegó, a través del voto popular, a ocupar la máxima magistratura (de la Nación). A su familia y seres queridos, nuestras condolencias”, indicó el gobernador.
Macri, al pasar al estrado, transmitió sus saludos y su “cariño” a la familia De la Rúa. “Es un día doloroso. Ha muerto el ex Presidente. Un dirigente bienintencionado, una buena persona”, lo definió el jefe de Estado.
El fallecimiento del reconocido abogado, nacido en Córdoba el 15 de septiembre de 1937, fue confirmado ayer, pocos minutos después de las 7. Estaba internado en la Clínica Alexander Fleming. El 1 de enero había sido llevado de urgencia a la Clínica Austral. Allí, debido a fallas cardíacas, se le había practicado una angioplastia coronaria. A fines de mes le habían dado el alta, aunque tuvo que continuar con un tratamiento de rehabilitación en otra institución médica. En la tarde del lunes, ya en el Fleming, su estado general se agravó, y finalmente falleció.
Dirigentes políticos de diversos partidos se hicieron eco de su deceso, y las redes sociales reflejaron distintos sucesos que lo tuvieron como protagonista: desde su asunción como primer jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 1996, hasta su renuncia como jefe del Ejecutivo nacional, en 2001, entre saqueos y una trágica represión.
Extensa trayectoria
Casado con Inés Pertiné, con quien tuvo tres hijos (Agustina, Antonio y Fernando), el dirigente radical tuvo una extensa carrera política. Comenzó como asesor en el gobierno de Arturo Illia en los 60. En 1973 se impuso en las elecciones a senador por la Capital. Ese año fue candidato a vicepresidente de Ricardo Balbín, pero finalmente triunfó el peronismo.
Fue senador nacional por la Capital Federal en tres ocasiones: desde 1973 hasta el 24 de marzo de 1976, cuando fue perpetrado el último golpe militar; desde diciembre de 1983, cuando fue reinstaurada la democracia, hasta 1989; y desde 1993 hasta 1996, cuando asumió como jefe de Gobierno porteño, tras la reforma constitucional propiciada por Carlos Menem. Además, fue diputado nacional por la Capital Federal desde 1991 hasta 1993.
En su juventud, fue un distinguido estudiante: primero, fue abanderado del Liceo Militar de Córdoba; más tarde egresó con medalla de oro de la Universidad Nacional de esa provincia. Se desempeñó luego como profesor de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. También obtuvo una serie de distinciones -algunas ya como Presidente-, como Caballero de Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Italiana; Collar de la Orden de Isabel la Católica; Gran Cruz de la Orden El Sol del Perú; Gran collar de la orden del Infante Don Enrique.
Con la Alianza
Su formación y su experiencia en la política, además de sus características contrastantes con la imagen del menemismo, lo llevaron a competir en la interna de la Alianza entre la Unión Cívica Radical y el Frepaso por la candidatura a la Presidencia. Se impuso en esa contienda a Carlos “Chacho” Álvarez, quien más adelante, en las generales de 1999, fue su compañero de lista en ese espacio. Así, a 26 años de su derrota ante Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón, De la Rúa se impondría ante la fórmula justicialista, Eduardo Duhalde-Ramón Bautista Ortega.
Asumió como jefe de Estado de la Nación el 10 de diciembre de 1999. Su administración estuvo signada por la crisis financiera y económica. Ese escenario, según De la Rúa, era consecuencia de las políticas de privatización y endeudamiento implementadas durante el menemismo. Pese a diversas medidas, el radical no logró torcer el rumbo de su gestión. A fines de 2000 y en medio de versiones de coimas en el Senado, “Chacho” Álvarez presentó su renuncia. El 9 de julio de 2001, en su cuarta y última visita presidencial a Tucumán, De la Rúa convocó a un gobierno de unidad a otras fuerzas políticas. Buscó el apoyo del FMI, sumó a Domingo Cavallo a su equipo económico y llevó a cabo distintas misiones en el extranjero. Pero la crisis tuvo un estallido tal, entre el 18 y el 20 de diciembre de 2001, que el radical debió abandonar la Casa Rosada en helicóptero, luego de dimitir a la Presidencia de la Nación.
De la Rúa se alejó a partir de entonces de la actividad política. Tuvo apariciones esporádicas en entrevistas periodísticas, además de afrontar procesos penales que no avanzaron. La última vez que asistió a un evento público fue en noviembre del año pasado, cuando fue invitado a la gala por el G20 en el teatro Colón.
Su estado de salud fue precario en estos años. Había sido sometido a cirugías por problemas cardiovasculares en junio de 2001 (todavía era presidente), en 2010 y en 2018. Ayer, tras un agravamiento en su condición, De la Rúa murió. Macri, además de expresar su pesar en los actos del 9 de Julio, decretó tres días de duelo nacional en memoria al ex jefe de Estado.